GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)


La Guerra Civil Española fue un conflicto bélico desarrollado en España entre el bando republicano y el bando nacional en los años 1936-1939

Fue el resultado de un largo proceso de inestabilidad económica, política y social durante la II República Española. Pero su detonante final fue el intento de golpe de Estado llevado a cabo por los generales Emilio Mola y Francisco Franco, quienes inicialmente solo consiguieron controlar parte del territorio. 


Desarrollo de la guerra

Navarra con Mola y Sevilla con Franco, eran las bases principales de los golpistas. Los rebeldes dirigieron sus fuerzas hacia Madrid. Por el norte las tropas de Mola quedaron paralizadas por las milicias republicanas en Somosierra; y por el sur, las tropas atravesaron el Estrecho de Gibraltar y consolidaron posiciones en Andalucía. Avanzaron por Extremadura con el objetivo de llegar a Madrid (Fusilamientos de la plaza de toros de Badajoz).

El 3 de septiembre llegaron a Talavera de la Reina. Franco decidió liberar Toledo por razones propagandísticas dando tiempo a los republicanos a organizar la defensa de la capital con llegada de armamento y Brigadas Internacionales.

Desde Navarra, los rebeldes tomaron Irún, punto de contacto estratégico para controlar la frontera francesa y evitar la llegada de refuerzos y suministros, y San Sebastián, lo que provocó la caída del gobierno de Giral y la llegada a la jefatura de gobierno de Largo Caballero.

Uno de los hechos más sobresalientes de este momento fue la batalla de Madrid. Ante el peligro, el gobierno de Largo Caballero se trasladó a Valencia, dejando la ciudad en manos de una Junta de Defensa presidida por Miaja. Los republicanos resistieron gracias a la acción conjunta del ejército republicano, las milicias y brigadas internacionales. La batalla de Madrid dio un giro importante, tanto que Franco se replanteó su estrategia dirigiéndose a otros puntos de España para aislar la capital y reducir el territorio de la república.

En febrero de 1937 los nacionales, con ayuda de tropas italianas tomaron Málaga, donde tuvo lugar una brutal represión en la que murieron miles de personas huyendo hacia Almería. Días después, en la batalla del Jarama, el objetivo era cortar la carretera a Valencia pero los republicanos frenaron el avance. Y en marzo de 1937, se produjo la batalla de Guadalajara, nuevo intento de tomar la capital de los italianos. Se había salvado Madrid, por lo que Franco decidió comenzar la fase de desgaste.

Se empezó por la liquidación del Frente Norte (aislado por el cierre de la frontera francesa y no tenía conexión con zonas republicanas). De esta manera, con ayuda italiana y de la legión alemana, la cornisa cantábrica (Bilbao, Santander y Oviedo) pasó a manos de Franco entre abril y octubre de 1937. Tuvo lugar el famoso bombardeo de Guernica, que conmocionó a la opinión internacional. Durante esta campaña tuvo lugar la muerte de Mola en un accidente de aviación.

El avance nacional se frenó por la ofensiva republicana en Belchite y  Brunete, cerca de Madrid, aunque finalmente esta ofensiva fracasó.

En enero de 1938, en la Batalla de Teruel, los republicanos recuperan la ciudad, pero la perdieron en febrero. Comenzó el rápido avance nacional por Aragón y por Castellón dirigiéndose al Mediterráneo, y el gobierno republicano se trasladó a Barcelona.

Los nacionales llegan al Mediterráneo por Vinaroz y logran romper la zona republicana en dos: zona centro (Madrid, Castilla la Mancha, Murcia, Almería, Jaén) y zona norte (Cataluña). En julio de 1938, las tropas republicanas atravesaron el Ebro en un frente de unos 15 Km, a la altura de Mequinenza. En noviembre, tuvieron que cruzar el río en sentido contrario; terminaba la batalla más sangrienta de la guerra. La república estaba perdida. Perdieron unos 100.000 hombres en ambos bandos.

Tras la batalla del Ebro, Franco logró tomar Barcelona en enero de 1939. A partir de entonces, los gobiernos extranjeros, comienzan a reconocer a Franco. Azaña dimitió, sustituyéndolo Barrio. Fueron cayendo las últimas capitales fieles a la república (Albacete, Jaén, Almería, Alicante, Valencia).

Lo que desencadenó el final de la guerra fue el golpe de estado que en Madrid dio el coronel Casado, en marzo de 1939. Intentó llegar a un acuerdo de paz sin represalias con Franco pero él solo aceptaría una rendición incondicional. El 1de abril de 1939, la guerra había terminado.


Consecuencias de la guerra

La guerra civil tendría un balance trágico:

Las pérdidas demográficas aunque 300.000 personas murieron en campos de batalla, sumando los 200.000 fusilados y asesinados por ambos bandos durante la contienda, las ejecuciones y muertes en cárceles y campos de concentración durante la represión posterior, las muertes por enfermedades y desnutrición se superaría fácilmente el millón. Además, miles de heridos y un importante descenso de la población activa y de la natalidad. 

Por otro lado, el número de exiliados también se acercará al millón, siendo Francia, México y la URSS los principales destinos. Muchos de estos exiliados acabarían en campos de concentración nazi durante la II Guerra Mundial. El exilio fue demoledor para la vida cultural española ya que importantes escritores, artistas y científicos abandonaron el país.

Las pérdidas económicas fueron innumerables. A los gastos ocasionados y la destrucción de edificaciones e infraestructuras hay que sumarle el envío a la URSS de 500T de oro procedentes del Banco de España. Los niveles de producción y de bienestar no se recuperarán hasta 20 años después.

No obstante, hubo quienes se beneficiaron de la situación, como fueron los grupos que apoyaron la sublevación (terratenientes, ejército e iglesia) y los excombatientes compensados con puestos en la administración, o con subvenciones y pensiones vitalicias.

Las consecuencia más grave sería a nivel político, iniciándose una gran dictadura por la pérdida de las conquistas democráticas que había supuesto la I República.



Y aquí, os dejamos un vídeo para que os ayude a una mejor comprensión. 





From The Economist: